
Los humanos, como los demás seres vivos, nacemos, crecemos, nos desarrollamos y morimos. Contamos con un cuerpo que, en el transcurso de nuestras vidas, es la herramienta que nos permite hacer ese recorrido y, en ocasiones, llegar a lugares insospechados.
Algunos, gracias a sus cualidades físicas o mentales, son capaces de llegar mucho más lejos que el humano promedio. Así, su aportación al mundo es considerablemente mayor. Y, por ello, son recordados durante mucho tiempo.
Las presentaciones son también entes vivos. Nacen, evolucionan, cumplen su cometido y finalmente mueren, quedando en el recuerdo de unos pocos. Pero hay presentaciones que, como los grandes líderes mundiales, logran cambios importantes y terminan siendo recordadas durante mucho tiempo después de su muerte. Dado su nivel de impacto, terminan siendo memorables, incluso mucho tiempo después de su momento de gloria.
¿Qué diferencia a una presentación memorable de las otras del montón?
El físico y la mente de un atleta de élite no son comprables con el de una persona normal, fundamentalmente debido a la práctica incansable y al proceso de aprendizaje por el que han pasado. De ahí que existan récords mundiales y que éstos sean rotos cada año.
De la misma manera, una presentación de medalla olímpica tiene una anatomía que no tienen las demás. Sí, igual que las personas, cuentan con las mismas partes, los mismos miembros. Pero no todas estas partes están desarrolladas por igual.
La diferencia entre ambos casos estriba en que, si ya pasas de los veinticinco y no eres deportista de élite, puedes olvidarte del asunto y dedicarte a otra actividad. Incluso si tu deporte favorito es la petanca. En cambio, si trabajas cuidadosamente cada órgano vital de tus presentaciones, da igual tu edad, nivel formativo o perfil profesional, el oro olímpico es sólo cuestión de tiempo y esfuerzo.
En las próximas semanas repasaremos la anatomía completa de las presentaciones y entenderemos cuáles hábitos y suplementos multi-vitamínicos debemos de incorporar para transformarlas en presentaciones de élite. Presentaciones que mueven a la acción y dejan huella en quienes escuchan.
El Esqueleto de una Presentación
Hoy comenzamos con la base física de las presentaciones. El esqueleto.
Hace algo más de una década me encantaban unos dibujos animados llamados “Vaca y Pollo”. Como su nombre indica, los protagonistas eran una vaca y un pollo que, curiosamente, eran hermanos, hijos de padres humanos (a los que sólo se les veían los pies). Tenían un primo llamado “Pollo Deshuesado” que no tenía huesos. Como no era capaz de mantenerse en pie y, por tanto, de andar, para poder movilizarse, lo lanzaban de un lado a otro. Vamos, un estropajo y, en consecuencia, un cascarrabias.
El esqueleto nos permite mantenernos erguidos. Como las columnas de una casa, nos hace fuertes y nos capacita para estar de pie y mantenernos firmes, incluso cuando nos zarandean. Sin esqueleto no podríamos vivir; pero aunque pudiéramos hacerlo, nos sería imposible levantarnos y salir adelante.
Esqueleto = Estructura
La estructura es el esqueleto de una presentación. Le da la solidez necesaria como para hacerla fuerte; en ocasiones, a prueba de balas. Y dándole esa fuerza, la estructura proporciona sentido lógico a la presentación, facilitando que el público entienda y siga la línea argumental. Una estructura sencilla también ayuda al ponente a recordar fácilmente las partes de la presentación.
Complejo multivitamínico para fortalecer el esqueleto
¿Cómo fortalecer el esqueleto y hacer que la estructura de la presentación sea potente?
Para reducir las probabilidades de rotura en los huesos y promover su desarrollo, los médicos recomiendan el consumo de calcio. Cuando éstos se rompen, hay que recolocarlos e inmovilizarlos para que el propio cuerpo los regenere y vuelvan a funcionar correctamente.
Una presentación es casi como un cuerpo con vida; pero no del todo. No podemos darnos el lujo de dejar que se rompa, porque no tendremos la oportunidad de escayolarla y recuperarla; al menos no de inmediato, ante el mismo público. Por ello, tenemos que asegurarnos de darle todo el calcio que podamos, para partir de una estructura fuerte, sólida y bien formada.
Estructurar para facilitarle la vida al público
Está demostrado que no somos capaces de recordar más de cuatro bloques de contenido distintos. Y como el medio oral es poco eficiente a la hora de transmitir conocimiento porque cubre un solo sentido (el auditivo), y queremos asegurarnos de que el público entienda, retenga y actúe, lo suyo es facilitarles la vida con un contenido fácil de seguir. ¿Cómo? Con lo que yo llamo la estructura de árbol.
Dividida en tres grandes bloques, introducción, cuerpo y conclusión, la parte central (el cuerpo) se subdivide en tres bloques. Estas tres subdivisiones tratan en detalle las tres ideas principales que usaremos para defender nuestro argumento. Porque dos partes o menos resultan poquito, pero de cuatro en adelante hacen difícil de digerir el contenido.
Florian Mück lo explica de maravilla en su proceso de construcción de una presentación.
Refuerza el esqueleto de tus presentaciones desarrollando una estructura sólida, clara y eficiente. Te asegurarás de que tu público entienda, retenga y actúe.
[…] hablar sobre el esqueleto de una presentación, vimos que una presentación de medalla olímpica tiene una anatomía distinta a la de las demás. […]