Cómo iniciar un discurso es algo que tendría que enseñarse en la escuela. O al menos en la universidad. Lamentablemente eso no ocurre y por eso hay muchísimo sufrimiento en conferencias, salas de reuniones y despachos. Te explico por qué.
La gran mayoría de las presentaciones son tostones infumables tras los cuales la gente sale mareada, dolorida o ambas cosas a la vez.
Pero hay muchas presentaciones que podrían salvarse pero pierden al público en el minuto uno, por no iniciar de manera efectiva.
Cómo iniciar un discurso de la peor manera
¿Te suena esto?:
Buenos días. Mi nombre es Fulano de Tal, Jefe Comercial de Industrias X. Ante todo, muchas gracias por recibirme. Es un placer presentarles nuestra nueva línea de productos. Espero que mi presentación sea de su agrado…
Ésta es la manera más habitual de iniciar presentaciones en todo lo largo y ancho de la geografía mundial. Y así como típica es igual de aburrida, predecible y poco interesante. Es la fórmula más efectiva para hacer que quienes nos escuchan desconecten y pasen a modo “salva pantalla” al instante.
Captar la atención de la gente es cada vez más difícil
Las tecnologías y las redes sociales nos unen y separan a la vez. Acortan las distancias de muchos virtuales, aunque también nos alejan de otros tantos reales, mientras nos obligan a no aburrirnos. Estamos en la era de la falta de atención. Nunca había sido tan difícil captar y mantener la atención de las personas, ni tan fácil dejar de prestarla.
En vista de ello, ¿cómo nos hacemos hueco en esa corta ventana de tiempo en la que nuestros oyentes ponen su radar sobre nosotros? Sólo hay una respuesta: Sorprendiéndoles.
¿Qué sorprende y capta la atención?
Lo diferente, lo novedoso, lo transgresor, lo políticamente incorrecto, lo que rompe con las costumbres y todo lo que va en contra del statu quo y de lo preestablecido.
¿Qué no sorprende y dispersa la atención?
Lo mismo de siempre, lo cotidiano, lo predecible, lo estandarizado, lo que sigue las reglas, lo tradicional y todo lo que sea menos interesante que el teléfono móvil, que la tablet o el MP3.
Lo penoso del caso es que, en muchas ocasiones, seguimos las reglas y buscamos cumplir ciertas expectativas simplemente “porque siempre se ha hecho así” y no nos cuestionamos el por qué de dichas costumbres.
Por ello, dejamos a un lado la creatividad y nos mantenemos en un eterno estado de “lo mismo” desde el cual somos incapaces de sorprender a nadie. Esto cobra especial importancia a la hora de hacer presentaciones y queda en evidencia desde la introducción.
Antes de que sigas leyendo, quiero ofrecerte mi ebook «Ahora o Nunca: Cómo captar y mantener la atención de la gente para vender más y mejor».
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[thrive_leads id=’5267′]¿Cómo iniciar un discurso sorprendiendo al público y dejándolo con ganas de más?
Con un bombazo. Como hacen las películas de acción: no muestran los créditos desde el inicio sino, más bien, comienzan con una escena que despierta la atención de los espectadores y marca el ritmo hacia el desenlace. Los créditos vienen justo después.
El bombazo dependerá de varios factores:
- La naturaleza del público: No es lo mismo un grupo de científicos que una clase de primer año de universidad.
- La personalidad del presentador: No es lo mismo un entusiasta extrovertido que un tímido introvertido; aunque ambos deban de hacer presentaciones.
- El contexto: Mezcla entre la naturaleza del público y el lugar – no es lo mismo la presentación de los resultados trimestrales ante la junta de accionistas que un discurso motivacional dirigido a vendedores.
Las variables anteriores determinarán si el bombazo debe tender más hacia lo emocional o más hacia lo analítico. Probablemente no convenga empalagar a un grupo de empresarios con la historia de cuando perdí a mi oso de peluche, o agobiar a los graduandos bachilleres con un montón de estadística.
Teniendo en cuenta dichas variables, hay que ponerle creatividad al asunto (entrelazando puntos emocionales y analíticos, en su justa medida) para poder dejarlos “tiesos” y con los ojos (y oídos) bien abiertos.
Cómo iniciar un discurso de forma impactante: 5 Truco
Aquí te doy cinco trucos que me han servido muy bien al iniciar mis presentaciones y captar la atención de la gente. Iniciar un discurso usando cualquiera de éstos te ayudará a captar la atención de la gente de inmediato.
1. Pregunta retórica (o no retórica)
Pone a la gente a pensar desde el principio (o incluso a interactuar).
¿Por qué no somos capaces de alejarnos de las malas compañías?
2. Cita
Marca una línea de pensamiento y da un toque de credibilidad a nuestra charla (adicional al que ya hemos de haber creado con anterioridad). Es preferible evitar las citas muy usadas porque con ellas no sorprenderemos a (casi) nadie. También es recomendable citar a alguien con quien el público pueda identificarse.
Warren Buffet dijo una vez que “sólo cuando baja la marea se sabe quién nadaba desnudo.”
3. Dato curioso o llamativo
Despierta la curiosidad y, en consecuencia, hace que la gente quiera escuchar más.
Estudios recientes confirman que el 80% de la población trabajadora mundial no es feliz con su trabajo (dato obtenido de Zenhabits).
4. Frase controversial
Agita a las personas. Puede producir cierto antagonismo, pero la mera osadía hace que quien la usa se gane, al menos, un minuto más de atención.
El ochenta por ciento de entre vosotros no es feliz con su vida cotidiana (idea tomada del dato curioso anterior; a seguir elaborando).
5. Historia o anécdota
Es el medio más efectivo para mantener la atención de las personas porque estamos diseñados para aprender escuchándolas. Hace unos años, cuando todavía era joven y aventurero, conocí a una persona que cambiaría el rumbo de mi vida…
Importante: Todos estos recursos deben ser relevantes al tema central. Todo lo que no apoye y sume al mensaje principal debe ser descartado.
¿Y cuándo saludo y doy las gracias?
Es probable que te estés preguntando algo así como “¿cuándo me presento, doy los buenos días y agradezco la invitación?”
Después de la introducción sí que corresponde presentarse, agradecer la invitación y enumerar los puntos a tratar. No es plan disgustar a nadie y esto es parte del protocolo habitual. Pero toca hacerlo sólo una vez estemos en la misma frecuencia, presentador y público; una vez tengamos la sartén agarrada por el mango.
Lamentablemente, sorprender a la audiencia desde el primer momento no es receta mágica para que se nos escuche ad infinitum. No obstante, sí nos asegura despertar en ella el deseo de querer escuchar lo que hemos venido a decir.
Es nuestro pasaporte a la siguiente parte de la presentación para la que debemos haber hecho nuestros deberes de modo que el contenido resulte interesante y responda a la pregunta “¿por qué ha de interesarme?”.
Después de sorprender y captar la atención, hay que mantenerla. Pero lamentablemente esto escapa el alcance de este artículo (pero podrás descubrirlo en el ebook gratuito que te ofrezco más arriba).
Es hora de tomar el control y ganarle la batalla al teléfono móvil.
¿Y tú, cómo estás introduciendo tus presentaciones? ¿Has dicho basta a las introducciones aburridas e insulsas?
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Imagen por Craig Cloutier
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