Si estás cometiendo uno de estos 5 errores, es muy probable que estés cayendo mal… y caer mal te cierra puertas, tanto a nivel personal como profesional.
¿Quieres descubrirlos? Quédate hasta el final del vídeo…
Caer mal o caer bien depende de la huella que dejas
En la vida profesional te expondrás a muchas situaciones en las que conocerás a personas nuevas y en esas interacciones ocurrirá una de tres posibles situaciones:
La primera y más habitual es que no dejarás ninguna huella
Esto significa que no marcarás especialmente a las personas, ni en negativo ni en positivo.
No ser capaz de conectar genuinamente con aquellos que recién conoces y marcarles de una forma u otra conseguirá que no te recuerden, aunque lo que digas sea importante.
Para ellos serás una persona más en el largo listado de desconocidos que no pasarán a una siguiente fase.
La segunda de estas posibles situaciones es que no dejarás la huella adecuada
Implica que marcarás a las personas de manera negativa debido a lo que hagas, lo que digas o las sensaciones que generes.
Esta es una situación potencialmente peligrosa porque caer mal puede conseguirte mala prensa, hacer daño a tu imagen y cerrarte las puertas a posibles oportunidades.
La tercera e ideal entre las posibles situaciones es que dejarás la huella adecuada
Una huella positiva que facilite el que las personas te recuerden, hablen bien de ti y se te abran las puertas a posibles relaciones significativas y nuevas oportunidades.
Caer bien y conectar con las personas al conversar con ellas es el propósito principal para tener conversaciones que enciendan una chispa.
Conseguirlo comienza, primero por evitar todo aquello que te haga dejar una huella inadecuada y luego por tomar acciones concretas que te ayuden a dejar la mejor huella posible.
5 acciones para caer mal y qué hacer para caer bien
En mi libro Imparable te cuento cómo dejar una huella positiva y evitar dejar una negativa en tus interacciones con los demás.
En este vídeo te mostraré cinco acciones con las que dejarás una huella negativa.
Huye de éstas como de la peste…
1) Corregir a los demás cuando tienes razón
Por naturaleza humana, nos gusta tener la razón. Esto lo demostramos frecuentemente corrigiendo a los demás cuando dicen algo que entendemos no es correcto.
El problema es que, por la misma razón, cuando estamos del otro lado de la conversación detestamos que nos llamen la atención. Ya hemos tenido suficiente con nuestros padres, profesores y parejas.
Si además nos corrigen en público, podemos sentirnos humillados por poner en entredicho nuestra credibilidad o inteligencia, dejándonos en una posición de inferioridad.
Regla #1 para NO caer mal
“No corrijas a la gente en público nunca”
Si tienes que llamar la atención de alguien por cualquier razón, hazlo en privado y asegúrate de que sea por algo importante y no una trivialidad.
Además, hazlo siempre con el máximo tacto, evitando atacarle de forma directa o hacer que se sienta culpable al respecto.
Esto implica eliminar de tu vocabulario la frase “te lo dije”, que mete el dedo en la llaga y lo menea para que duela. Esta frase hiere el ego de la otra persona produciéndole rabia.
Además, la sensación de “victoria” que te produce al saber que tienes la razón acaba siendo una pérdida para ambas partes.
En su lugar, si tienes razón y el tema no es significativo, muérdete la lengua procurando no destruir la relación y, como mucho, disfruta internamente de estar tú en lo cierto.
2) Interrumpir cuando otros hablan
En ocasiones, la conversación puede generar tanta pasión que nos sentimos en la necesidad de expresar nuestras opiniones por encima de las de los demás.
Hacerlo de vez en cuando es parte de la naturaleza humana; sobre todo cuando hablamos de temas en los que creemos firmemente (como el fútbol, la política y el chisme). Sin embargo, hacerlo con frecuencia es de mal gusto.
- Porque demuestra que no escuchas a la otra persona.
- Porque le muestras que tú vales más, actitud que produce rechazo.
Regla #2 para NO caer mal
“Evita interrumpir a las personas”
Déjalas hablar y escucha atentamente antes de responder; sobre todo cuando hables con clientes o personas que pueden abrirte las puertas a oportunidades profesionales, procura escuchar primero.
No solo conseguirás caer mejor; además descubrirás información útil en el proceso y podrás contestar de manera más acertada.
3) Reírte de los demás
El humor ayuda a conectar con las personas cuando nos reímos con ellas.
No obstante, cuando nos reímos de ellas las humillamos en público, dejándolas en ridículo al sacar a la luz sus fallos y puntos débiles.
Reírse a costa de los demás es una de las mayores faltas de respeto que existen.
No me gusta generalizar, pero aquí me mojo y digo que a nadie le gusta que se rían a su costa. Es de mal gusto, de mala educación y de mala persona.
Además, quienes promueven este tipo de broma lo hacen para tapar sus propias inseguridades.
Regla #3 para NO caer mal
“Nunca te rías de la gente”
Si quieres que haya risas, ríete con la gente o, como mucho, ríete de ti, aunque evitando hacerlo sobre tus valores y capacidades profesionales para no poner en entredicho tu integridad o tu credibilidad.
De hecho, salvo que seas una persona especialmente graciosa, capaz de hacer comentarios inteligentes que divierten a todos los presentes, mejor evita hacer chistes enlatados fuera de tu círculo de mayor confianza porque te dejarán en ridículo (en el mejor de los casos) o resultarán ofensivos (en el peor).
4) Presumir y hablar constantemente sobre ti
A las personas nos gusta sentirnos escuchadas porque, cuando es así, nos da la sensación de que nos entienden y nos aceptan.
Por eso, cuando nuestro interlocutor no para de hablar de sí mismo y de sus logros, no nos da la oportunidad de sentirnos de esa manera. Todo lo contrario.
Al hacerlo, pone el foco de atención sobre sí y, si no es una persona que nos parezca especialmente interesante o valiosa, su actitud egocéntrica acabará aburriéndonos y nos producirá ganas de salir corriendo.
Por naturaleza, los humanos tenemos un foco obsesivo en nosotros mismos.
Es un comportamiento especialmente marcado en el entorno profesional en el que casi inevitablemente pensamos primero en nosotros mismos, y nos hace tomar decisiones basadas únicamente en el interés propio. Si no tenemos cuidado, esta actitud puede salirnos cara.
Regla #4 para NO caer mal
“Evita hablar obsesivamente sobre ti y tus logros”
Salvo que los demás te pregunten explícitamente al respecto.
En su lugar, menciona aquello que tengas en común con tu interlocutor a medida que vayas escuchando.
Hazlo a modo de reforzar los vínculos y no como una competición a ver quién de los dos es mejor.
Si te toca hablar sobre tus logros, procura llevar la conversación a un lugar en el que los demás también hablen de los suyos.
5) No prestar atención a quien te habla
¿Te suena estar al teléfono con alguien mientras escuchas un teclado de fondo?
¿O qué tal cuando conversas en persona y sientes que su mirada está perdida?
¿Qué sensación te produce?
Otra manera de marcar a los demás por las razones inadecuadas es mostrarles que no les estamos prestando atención.
Ocurre cuando aprovechamos para hacer otra cosa, ya sea contestar a un correo (si la conversación es telefónica) o cuando estamos buscando a otra persona con la mirada (si la conversación es en persona).
Sea cual sea el caso, esta actitud cae mal porque dice entre líneas que “estoy aquí por compromiso, pero hay otras cosas más importantes que tú”.
Regla #5 para NO caer mal
«Evita dar la sensación de no prestar atención»
Céntrate en la persona con la cual conversas teniendo la intención real de querer escuchar lo que dice.
Si evitas estas cinco malas prácticas te asegurarás de no caer mal.
No obstante, existen acciones concretas que puedes incorporar en tu arsenal para conseguir de manera proactiva un impacto positivo en tus interacciones.
Ahora que sabes cómo NO caer mal, ¿quieres descubrir cómo caer bieny así multiplicar tu carisma y tu capacidad de influencia?
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Imagen de Charl Folscher
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