En el vídeo de hoy (y su transcripción) te traigo las 3 preguntas que tienes que hacerte para hablar en público de manera estratégica y triunfar en el proceso.
Si eres mayor de edad y has tenido al menos algo de experiencia en el mundo profesional, trabajando para la empresa de otra persona o para tu propio proyecto, sabrás que la comunicación no es importante. Es vital.
Sí, porque tengas tu propio proyecto o trabajes por cuenta ajena, saber comunicar eficazmente te ayuda de múltiples maneras:
- Facilita la conversación y las relaciones personales
- Ayuda a escribir emails que venden o consiguen respuestas de personas importantes
- Permite negociar eficazmente y salir ganando
- Promueve los acuerdos con clientes y otros colaboradores
- Consigue que presentes tus ideas en público y te ganes el apoyo de la gente
…por mencionar sólo algunos pocos beneficios.
Ahora bien, ¿qué necesitas hacer para conseguir estos beneficios?
Comenzar a ver la comunicación de manera estratégica.
Y esto comienza con contestar de manera concienzuda a tres grandes preguntas:
Primera gran pregunta: ¿Quién es tu público?
O dicho de otro modo, ¿a quién le vas a hablar?
Imagina que tienes un sobrino de 14 años y que éste le está explicando a su bisabuela de 95 años cómo funciona Instagram.
¿Cuánto crees que se van a entender?
Analizar bien quién es tu público te ayuda a conseguir que éste te entienda y le interese lo que le cuentas.
Y la base de todo en esta parte del proceso se resume en otras tres preguntas adicionales:
- ¿Cuál es su capacidad de comprensión? Para saber el tipo de vocabulario que podrás usar para que te entienda.
- ¿Cuál es su problema? Para saber qué es lo que le interesa en este momento.
- ¿Cómo le ayudarás a resolver ese problema? Para conseguir que esté tan interesado que te escuche hasta el final.
Si tu público es un grupo de empresarios que quiere mejorar la productividad, es mejor hablarle de cómo tu sistema facilita el rendimiento de los empleados en vez de darles herramientas para trabajar menos. Aunque funcione para ambas cosas.
Sólo cuando entiendes a tu público, puedes hablarle en términos que entienda y le interesen. Y ésa es la base de todo.
Segunda gran pregunta: ¿Cuál es tu objetivo?
O dicho de otro modo, tras haber escuchado tu discurso, ¿qué quieres que haga la gente?
No te engañes: La comunicación profesional SIEMPRE busca un resultado.
Ese resultado puede ser una venta, puedes ser que te aprueben un proyecto o incluso que te den financiación para tu proyecto. Da igual.
Pero tienes un objetivo y es importante que lo mantengas a la vista en todo momento. Porque si no lo haces, se te puede olvidar y acabarás despistándote.
Para evitar que esto ocurra, te invito a que te hagas otras preguntas:
- ¿Por qué quieres conseguir ese objetivo?
- ¿Qué pasaría si no lo consigues?
- ¿Qué pasaría si acabas consiguiéndolo?
Tener esto claro te ayudará a dar claridad absoluta a tu discurso y, por tanto, te ayudará a conseguir lo que buscas.
Tercera gran pregunta: ¿Cuál es mi mensaje?
Si yo te preguntara “cuánto quieres contarle a la gente sobre tu proyecto”, ¿qué me dirías?
Lo normal es que me dijeras: “TODO”. Porque mientras más información tenga, mejor, ¿no?
NO.
Eso es imposible.
Primero porque el tiempo que tienes disponible para presentar tu proyecto es limitado. Y segundo, porque la capacidad de asimilación de información de las personas también es limitada.
La realidad es que no es posible contarle a alguien todo lo que sabes sobre algo y conseguir que lo recuerde. Por bien que se te dé comunicar.
Con suerte, recordarán sólo una cosa de entre todo lo que digas. Y si sólo recuerdan una cosa, quieres que recuerden “la” cosa.
La clave aquí está en contestar a la siguiente pregunta:
¿Qué es lo más importante que quieres que la gente recuerde de tu presentación?
Cuando contestas a esto con precisión, de repente consigues la claridad necesaria para conseguir que la gente entienda, de verdad.
Y cuando entiende y le interesa, querrá saber más. Pero si hablas demasiado, no se enterará de nada.
Si decides que tu tema central es “cómo el dinero hace feliz”, no te servirá hablar sobre “las ventajas del yoga”, porque no aporta valor al mensaje central de que el dinero hace feliz.
Cada vez que hables en el entorno profesional ten una respuesta clara a estas tres grandes preguntas:
- Quién es tu público
- Cuál es tu objetivo
- Cuál es tu mensaje
Si lo haces, te acercarás a conseguir lo que quieras.
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Porque recuerda:
«A igualdad de condiciones, quien comunica mejor, gana.»
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