En el vídeo de hoy: Cómo saber si vas a quedarte en blanco en tu próxima presentación.
Sea frente a 3, a 30 o a 300 personas, cuando hablas en público en tu vida profesional suele haber mucho en juego. Y cuando nos jugamos mucho es fácil que los nervios jueguen en nuestra contra.
¿Uno de los miedos más frecuentes? Quedarse en blanco.
Y con razón. Porque cuando te quedas en blanco y no eres capaz de recuperarte, tu credibilidad sufre, la gente no te hace caso y no consigues lo que buscabas con tu discurso.
Por eso hoy te hablaré de cuatro malas prácticas que aumentarán las probabilidades de que te quedes en blanco en tu próximo discurso.
Evítalas como la peste.
1. Depender de la tecnología
Esto significa no ser capaz de presentar sin leer tus diapositivas.
Cuando tienes que leer para poder presentar, no sólo es imposible que conectes con el público. Si algo falla y de repente no puedes proyectar las diapositivas, no puedes continuar con tu presentación.
No dependas de la tecnología, porque cuando las cosas pueden salir mal, salen mal.
En su lugar usa las diapositivas como ayuda visual para el público y presenta tu mensaje en lugar de leerlo.
2. Confiarte en exceso
“Yo sé muchísimo sobre este tema, improvisaré sobre la marcha”. ¡ERROR!
Porque incluso si sabes mucho sobre algo, hay miles de maneras en las que puedes enfocar tu tema. Y cuando no has verbalizado tus ideas de una manera específica, no necesariamente salen con facilidad… sobre todo si no hablas en público con frecuencia.
No te fíes del conocimiento ni de tu don de palabra; no es suficiente para hablar bien en público.
En su lugar decide previamente de qué quieres hablar y cíñete a eso.
3. Hacer presentaciones de otros
Hacer una presentación en nombre de otra persona es como lanzarte a una jaula de leones. La gente espera un mensaje valioso y si no dominas el tema, es imposible ofrecerles ese valor.
Cuando esto ocurre, comienzan las preguntas difíciles y las caras de escepticismo que, en estos casos, son crónica de una muerte anunciada.
No hagas presentaciones de otras personas; al menos no sin antes haberlas hecho tuyas.
Si te toca hacer una presentación ajena aclara tus dudas con quien la preparó de antemano y habla de las partes que sí controlas, centrándote en tu propia experiencia.
4. Memorizar tu guión
Memorizar tu texto palabra por palabra es receta casi segura para el fracaso. Porque cada palabra es la señal que espera tu cerebro para la siguiente palabra. Y si se te olvida una, es muy probable que seas incapaz de continuar.
Aparte de que recitar de memoria te hace parecer un robot.
En su lugar, ensaya para interiorizar los conceptos y repítelos con palabras distintas. Se quedarán grabados mucho mejor.
¿Y tú, de qué otras maneras evitas quedarte en blanco al presentar tus ideas? Por favor compártelas en los comentarios.
Quedarse en blanco al hablar en público es una pesadilla. Pero para que no te ocurra, no es suficiente que sepas qué no hacer. Necesitas instrucciones claras con buenas prácticas.
Es por eso que en el próximo vídeo te hablaré sobre acciones específicas a tomar cada vez que tengas que hablar en público para eliminar casi del todo las probabilidades de que te quedes en blanco.
Y si quieres superar tu miedo a hablar en público para hablar con seguridad y fluidez, déjame tus datos más abajo y te enviaré un mini curso online con 3 vídeos tutoriales y material de trabajo. Para que descubras cómo comenzar a presentar tus ideas mostrando tu mejor versión.
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Y recuerda:
“A igualdad de condiciones, quien comunica mejor, gana”.
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