Si emprendes o tienes tu propio negocio esto te interesa. En el vídeo de hoy te traigo mi conferencia en el evento BizCamp Share en la que hablé sobre «Cómo usar YouTube y el Vídeo Online para hacer crecer tu negocio».
Verás los puntos más importantes debajo del vídeo y aquí el enlace al webinar gratuito «Cómo conseguir más y mejores clientes con YouTube y el vídeo online».
Por qué hacer contenido en vídeo
El vídeo online me ha ayudado a hacer crecer mi negocio por dos razones fundamentales:
- Visibilidad: Con mis vídeos y su promoción hago ruido y muchas personas (adecuadas) se están dando cuenta de ello, lo que me está trayendo negocio.
- Autoridad: El tener vídeos de lo que hago profesionalmente ha mejorado la calidad de mis reuniones de venta donde mis interlocutores me ven como una fuente creíble; no tengo que convencerlos de lo que hago, se lo demuestro con mis vídeos.
En los años que llevo experimentando con el vídeo me he dado cuenta de que es una herramienta fabulosa para atraer clientes porque acorta el proceso de compra, al menos en la venta de servicios profesionales.
Si entendemos que para que un cliente compre tiene que pasar por las siguientes fases, como aprendí de mis amigos en Venta Max:
El vídeo online acorta el proceso de compra porque facilita el trabajo en las cuatro primeras fases.
- Conocer: El vídeo online promocionado adecuadamente facilita el que nos conozcan.
- Gustar: Si somos capaces de reflejar nuestra mejor versión con autenticidad y un verdadero deseo de aportar valor podemos llegar a gustarle a la gente adecuada.
- Confiar: Si el contenido es de calidad y aporta valor comenzarán a confiar en nuestro criterio y conocimiento.
- Probar: Si en los vídeos mostramos qué hacemos y cómo lo hacemos, que en mi caso es fácil porque vendo servicios de formación, prueban de manera gratuita lo que recibirían al comprar nuestro producto o servicio.
Una vez llegados aquí, las reuniones en persona, que siguen siendo necesarias en la venta de servicios profesionales, fluyen mejor y son más efectivas porque existe un interés y una necesidad reales.
Y la pregunta deja de ser si va a comprar o no, a cuándo comprará.
Además, si no les gusta, no confían o directamente no les interesa, también nos daremos cuenta más rápido, lo que reduce el tiempo perdido con clientes que nunca van a comprar.
Las tres preguntas más importantes antes de comenzar a hacer vídeos para internet
A principios del año 2004 terminé la carrera de ingeniería industrial y lo único que recuerdo vívidamente es una frase que me marcó para siempre:
(Basura dentro, basura fuera).
Esta frase demuestra un principio muy básico: si lo que entra en el proceso de producción es de baja calidad, el resultado del proceso es un producto de mala calidad.
Si haces una receta de estrella Michelin con un trozo de solomillo descompuesto, no puedes pretender que el plato salga rico, por mucha estrella Michelin que tenga la receta.
Algo parecido ocurre con la creación de contenido. Para conseguir que nos conozcan, que les guste, que confíen y que prueben como antesala a la compra, tenemos que llevar el contenido adecuado a la gente adecuada y para ello es fundamental sentar las bases de una estrategia clara.
Y en mi experiencia, la base de la estrategia en la creación de vídeo online alrededor de una marca personal consiste en planificarse bien, tarea que requiere contestar con cabeza a tres grandes preguntas.
La primera gran pregunta es: ¿A quién?
¿A quién voy a comunicar mi mensaje? ¿Quién es mi público?
El año pasado el algoritmo de YouTube posicionó uno de mis vídeos en la página principal de YouTube México y durante una semana lo peté hasta tal punto que en un solo día se suscribieron a mi canal 5.700 personas e ingresé 50eur en publicidad.
El cálculo fue simple: 50eur x 30 son 1.500eur. Me miré al espejo y me dije:
“Sebastián, vas a vivir de YouTube”.
El problema es que el petardazo no duró mucho y, si bien el crecimiento durante los siguientes meses fue impresionante, no se mantuvo a ese nivel y los ingresos tampoco.
Intenté hacer mil artimañas para intentar conseguir que el algoritmo me hiciera caso de nuevo, intentando hacer contenido relacionado a los criterios de búsqueda más buscados en mi canal, intentando darles un toque divertido y canalla que es lo que triunfa en YouTube.
Pero el algoritmo pasó de mí como la chica guapa de la discoteca.
En 2017 mi audiencia más grande fueron los millennials, personas de entre 25 y 34 años con un 35% de tráfico.
Mi segunda audiencia más grande con 28% de tráfico tienen entre 18 y 24 años.
¿Y cuál es mi negocio principal? Vender cursos en empresas.
¿Y quién los compra? Responsables de recursos humanos o de formación, en su mayoría mayores de 34 años.
En 2017, por mis ínfulas de YouTuber famoso, dejé de tener presente a mi público objetivo y, si bien es cierto que nunca dejaré YouTube y que cuando sea mayor quiero ser YouTuber, para conseguir que me contraten tengo que recordar siempre quién ese ese público objetivo.
Que lo que quiere es saber que puedo ayudar a sus equipos a mejorar su rendimiento (y no a ser popular en la universidad), y que conversa menos en YouTube y más en Linkedin.
Por eso estoy haciendo pruebas en LinkedIn con nuevos formatos y centrándome en el desarrollo profesional.
Cuando te preguntas quién es tu público quieres saber quién es, qué necesita y cómo lo que ofreces tú le ayuda a satisfacer esa necesidad. Y ésta es la base de un mensaje relevante para tu público.
La segunda gran pregunta es: ¿Para qué?
¿Para qué quiero publicar contenido en vídeo? ¿Cuál es mi objetivo?
Mis primeros intentos haciendo vídeos fueron experimentos sin criterio. Por probar y punto.
Pero no nos olvidemos de algo fundamental. Aquí todos tenemos o somos un negocio. ¿Y cuál es el recurso más valioso y escaso a la vez cuando lanzas un proyecto? El tiempo.
Por eso, para que hacer vídeos tenga sentido, es importante que encontremos un propósito que apoye a nuestro negocio. Y mientras más claro mejor.
- Que vayan a mi web a por más info.
- Que se suscriban en mi página de Facebook.
- Que llamen a un teléfono o escriban a un email de contacto.
- Que se suscriban a mi newsletter.
La idea de dar contenido gratuito es:
- Ofrecer valor o información útil primero (para que la gente vea los vídeos),
- Ganarte la confianza (para que te vean como una fuente creíble de conocimiento) y
- Desencadenar el principio de la reciprocidad donde el público, tras consumir tu contenido, se ve en cierta obligación moral para
- Hacer algo (acción).
Normalmente, si quien ve los vídeos siente que éstos le aportan valor y siente que obteniendo más de este valor puede obtener un beneficio claro, tendrá la tendencia a actuar de alguna manera. Siempre que se lo pongas fácil.
“Si quieres mejorar tus habilidades de comunicación en un entorno divertido, ven a nuestra próxima reunión sin compromiso y de manera gratuita. Encuentra los detalles de ésta en el enlace que descubrirás más abajo.”
La tercera gran pregunta es: ¿Por qué?
¿Por qué quiero publicar contenido en vídeo?
En mi experiencia, poder contestar a esta pregunta con convicción es la clave para mantener la motivación. Porque en el proceso de hacer vídeos y pretender conseguir resultados hay que picar muchas piedras. Y sin una motivación real, es fácil tirar la toalla, porque los resultados no llegan inmediatamente.
Ojo, no confundir el “Por qué” con el “Para qué”. El “para qué” es tu objetivo y mira hacia dónde vas, mientras que el “por qué” mira de dónde vienes, lo que esto significa para ti y casi filosóficamente es una cuestión de identidad.
“Por qué” lo hago busca entender qué me motiva a crear un nuevo vídeo cada semana:
- ¿El que me gusta ser el centro de atención?
- ¿Mi pasión por mi trabajo?
- ¿La certeza de que esto ayuda a la gente?
- ¿El feedback que recibo como reconocimiento de mi trabajo?
El 8 de febrero pasado, un chico llamado Bryan tomaba el bus camino al aeropuerto para volar a Madrid. Con 27 años es médico gastroenterólogo de ascendencia venezolana. A mitad de camino, se me acercó y me dijo:
«¿Tienes un canal de YouTube? ¿Te llamas Sebastián?»
Resulta que tanto él como su madre ven mis vídeos y me dice que a ambos les han servido mucho para mejorar cómo comunican tanto en el trabajo como en el día a día. Y me pidió que nos hiciéramos un selfie para enseñárselo a su madre porque le haría ilusión.
Creo que ese encuentro me hizo más ilusión a mí que a ellos.
Más allá de esos pequeños momentos en los que me creo famoso, a mí me ablanda el corazón saber que lo que hago tiene un sentido y que sirve un mayor propósito que simplemente ser yo el centro de atención.
¿Cuál es tu por qué? ¿Dónde encontrarás la motivación cada semana?
El “porqué” de cada quién es algo muy personal. Pero para no perder la motivación al hacer vídeos, hay un “por qué” que todo el mundo tiene que tener. Y eso es disfrutar del proceso.
Porque sólo cuando lo disfrutas es posible lograr que cada minuto del proceso valga la pena.
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