En este vídeo y su transcripción te traigo una verdad muy dolorosa: no le importas a nadie; y qué hacer para importar a las personas. Depende enteramente de la reciprocidad: la clave de la influencia.
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No le importas a nadie
No me gusta la prensa del corazón, pero tengo que reconocer que me encantan las frases controversiales.
Y decir que no le importas a nadie es controversia absoluta. Pero también es casi 100% verdad.
Porque hay una persona que te quiere incondicionalmente y a quien de verdad le importas, pase lo que pase. Esa persona es tu madre.
Y si tienes suerte, puede que el amor de tu padre se acerque mucho a la intensidad con la que te quiere tu madre.
Pero ya está. Nadie más te quiere de manera incondicional.
Por eso digo que no le importas a nadie. Porque con más de 7.000 millones de personas en el mundo el que sólo una persona te quiera de verdad es un número que tiende al cero.
Ahora bien, no es que no le importes a nadie y punto.
A la gente le importas en función del valor que les aportas.
A tu pareja le importas porque le das amor, la apoyas, la entiendes, compartes las tareas del hogar, compartes las cargas económicas. Si no aportas eso, tarde o temprano dejarás de importarle.
A tus amigos les importas porque les aportas cariño, amistad, conversación, apoyo, entretenimiento, comidas en tu casa, una que otra invitación a tomar cervezas. Sin esto, dejarán de ser tus amigos.
A los compañeros de trabajo les importas porque haces tu parte del trabajo, porque trabajas en equipo, porque apoyas las decisiones grupales, porque compartes dentro y fuera de la oficina. Sin esto, sobre todo si no haces tu trabajo y generas mal ambiente, serás tú quien deje de ser su compañero de trabajo porque te despedirán.
A tus clientes les importas porque lo que haces les ofrece un beneficio claro, porque confían en ti, porque les gusta cómo los tratas, porque das la cara. Sin eso, se irían a la competencia.
Y todo por un principio básico llamado: Reciprocidad.
Es la obligación que sentimos casi siempre por devolver los favores que nos han hecho. Nace del hecho que los humanos hemos tenido que compartir con otros individuos y obtener su apoyo para sobrevivir. De ahí el que sean innatos los sentimientos de deuda cuando alguien hace algo por nosotros.
Pero recuerda: Nada es gratis.
Y sólo le importas a la gente si tienes algo a cambio.
Es ley de vida. Es reciprocidad: la clave de la influencia.
¿Tú qué opinas?
Por favor dímelo en los comentarios. Me encantará saberlo, incluso si no estás de acuerdo, cosa que no descarto en absoluto…
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Porque recuerda, a igualdad de condiciones, quien comunica mejor, gana.
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Imagen de Filip Mroz.
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