El carisma se aprende. Y si sientes que las personas carismáticas se salen siempre con la suya, mientras a ti puede que te cueste conectar con desconocidos, este vídeo es para ti. Porque te enseñaré las cinco fases del carisma para introvertidos y tímidos.
Para que mejoren tus habilidades sociales y puedas socializar más fácilmente con cualquier persona, sin que parezca forzado.
En el año 2001 conocí a Miguel cuando hacíamos la carrera de ingeniería industrial en Santo Domingo y, a fuerza de coincidir en clase, nos hicimos amigos.
Alto, moreno, cuando Miguel llegaba a los lugares, se hacía notar y, en poco tiempo, se convertía en el centro de atención. Era un tipo carismático, con una personalidad magnética que le ayudaba a conectar con cualquiera y conseguir lo que se proponía con mucha facilidad.
Yo, en cambio, en esa época era un tipo menos sociable que ahora. Veía a Miguel desde fuera y me decía, “yo quiero ser como él”… pero al cabo de unos segundos, aterrizaba y me decía, “no sueñes, que Miguel nació así y tú no”.
Salvo que esto es una gran mentira. Porque el carisma es una habilidad que podemos desarrollar todos si entendemos cómo funciona.
Así que saca papel y boli, porque te voy a enseñar un sistema práctico que te ayudará a construir una personalidad magnética, capaz de atraer las personas, conseguir que te escuchen atentamente y hagan caso a lo que dices.
Las 5 fases del carisma para introvertidos y tímidos
1) Habilidad
Habiendo crecido con ciertos complejos, durante mi adolescencia producía rechazo en la primera impresión, porque mi manera de tratar a los demás era, frecuentemente, algo arisca y arrogante. Aunque no lo he superado del todo, tras mucho trabajo, he podido quitarme buena parte de esto, descubriendo que las habilidades sociales se aprenden.
Y con el carisma ocurre igual; es una habilidad que se desarrolla.
Es importante cuestionar los prejuicios que tenemos al respecto.
La sociedad nos ha vendido que para ser carismático hay que nacer con un don y ser extrovertido. ¡Mentira!
Aquellas personas que parecen tener un don natural, seguramente se criaron en un contexto que les permitió desarrollar habilidades sociales desde pequeños.
Asimismo, hay extrovertidos que son incapaces de caer bien, porque son pedantes, egocéntricos, hablan mal o hacen otras cosas que espantan a las personas.
Definir carisma de manera objetiva, te ayuda a entender que puedes desarrollarlo.
Carisma es una especie de magnetismo que te permite atraer a las personas, conseguir que se sientan bien en tu presencia, te escuchen atentamente y hagan caso a lo que dices. Por tanto, depende enteramente de cómo te comportes.
Piensa en alguna situación en la que las cosas te salieron bien, te sentías con seguridad y los demás te escuchaban. Visto así, es probable que en alguna ocasión hayas proyectado carisma.
Cuando te das cuenta de que el carisma es la consecuencia de tus acciones, es más fácil ver la posibilidad de desarrollarlo y conseguir resultados.
Como con todas las habilidades, es necesario seguir un método.
Para atraer a las personas y conseguir que disfruten de tu compañía, tendrás que acostumbrarte a poner en práctica tres comportamientos concretos:
- Escuchar atentamente, para que la otra persona se sienta importante.
- Transmitir calidez, para que se sienta cómoda.
- Hablar con seguridad, para que confíe en ti.
Ahora bien, si eres tímido o introvertido, este dato no te sirve ahora; sobre todo si sientes que no tienes nada que decir…
Y es que, para mostrarte de manera auténtica y atraer a las personas hacia ti, no puedes ser solo un envoltorio, como un paquete de regalo vacío por dentro; necesitas tener sustancia.
Has de trabajar para convertirte en una persona interesante.
Porque para tener una personalidad carismática es importante que tengas tus propias ideas y valores, convicciones que nacen de tener experiencia profesional, vivencias que enriquezcan tu propio mundo y una imagen de ti de la que sientas orgullo.
Para ello:
- Lee libros sobre múltiples temas para ampliar tu cultura general y capacidad de conversar.
- Ten aficiones y desarrolla habilidades ya que las destrezas aumentarán tu autoconfianza en áreas concretas.
- Aprende a hablar en público para que sepas cómo presentar tus ideas de manera eficaz (te enseño a hacerlo en este vídeo).
- Haz deporte; te sentirás bien y ganarás seguridad.
- Realiza actividades que te lleven a conocer a personas con intereses comunes.
Como decía sabiamente Henry Ford:
Si crees que puedes o que no puedes, estás en lo cierto.
Así que piensa en el carisma como un proyecto que se desarrolla por fases y ponte manos a la obra buscando, primero, crecer como persona.
2) Contexto
Según Susan Cain, autora del libro “El poder de los introvertidos”, los extrovertidos se sienten muy bien cuando reciben grandes cantidades de estimulación, mientras que los introvertidos se sienten mejor cuando están en entornos más tranquilos y discretos. Entonces, la clave para maximizar tus talentos es ponerte en la zona de estimulación adecuada para ti.
O dicho de otro modo, si eliges el contexto de manera inteligente, te sentirás más cómodo y conseguirás mejores resultados.
Y es que, igual que puedes sentir un alto nivel de autoconfianza en determinados momentos, con el carisma ocurre igual. Es más fácil desarrollarlo en los contextos en los que nos sentimos cómodos.
¿Y a qué me refiero con contexto? Principalmente dónde, cuándo y quién.
Dónde:
De joven, a mí me producía mucho estrés ligar en discotecas o bares, mientras que me sentía mucho más cómodo en lugares con menos ruido.
Si eres tímido o introvertido, te vendrán mejor los lugares tranquilos y con pocas personas, eventos sociales reducidos o reuniones en casas de amigos.
Cuándo:
Elige momentos en los que sientas un alto nivel de energía.
Si eres una persona diurna, elige socializar de día; lo disfrutarás más que si lo haces de noche, momento en el cual estarás más apagado.
Quién (o con quién):
Tiene mucho que ver con el momento y el lugar. Cuando escoges momento y lugar en los que te sientes mejor, hay mayores probabilidades de toparte con personas afines a ti, lo que facilitará mucho la conexión.
Siempre que puedas, planifica tu vida social, tus reuniones y todo lo que te lleve a relacionarte con otras personas, dentro del contexto en el que mejor te sientas.
Porque no se trata de que intentes convertirte en extrovertido, sino de florecer, reforzando lo que ya se te da bien, dentro de un contexto en el cual te sientas bien.
3) Práctica y preparación
Tu voluntad y capacidad para conectar con desconocidos es como un músculo… se fortalece con la práctica y se calienta con la preparación.
Sin práctica, es imposible progresar de manera consistente. Sin preparación previa, es más complicado enfrentarte a situaciones que te saquen de la zona de confort que si llegas con la maquinaria engrasada.
Imagina una escalera de 10 peldaños. ¿Qué es más sencillo, subirla un paso a la vez, o tomar impulso, correr hacia ella y dar un salto desde el suelo hasta la cima? La respuesta es obvia.
El carisma es una escalera de más de 10 peldaños. Para subirla, has de andar un paso a la vez.
Ahora bien, para conseguirlo has de estar medianamente en forma y esto requiere preparación, lo que, de manera práctica, significa:
- Saber lo que quieres. Porque cuando tienes metas claras, es más fácil actuar con determinación.
- Probar en entornos de bajo riesgo e ir aumentando la dificultad paso a paso. Ejemplo: si quieres hablar en público ante 100 personas, comienza haciendo un brindis en la comida familiar frente a 10. Con cada intento, sentirás la realización asociada al logro y esto te dará fuerzas para continuar.
- Cuidar tu cuerpo, descansando bien, comiendo sano y haciendo deporte para mejorar tu energía, tu autoconfianza y la imagen que transmites de ti.
- Cuidar tu mente, rodeándote de personas que te aportan positividad y te empujen a alcanzar tus metas.
Asimismo, igual que los deportistas estiran y calientan antes de competir, antes de cada encuentro, te resultará útil calentar para poder dar lo mejor de ti.
De manera práctica, esto significa:
- Vestirte para la ocasión, con un atuendo que te quede bien y te haga sentirte bien.
- Iniciar con conversaciones fáciles, antes de entrar en un evento social. Por ejemplo: de camino al lugar, pide a 10 desconocidos que te expliquen cómo llegar.
- Cargar energía antes y después. Si las situaciones sociales te consumen energía, antes de salir a cualquier evento y una vez haya acabado, dedícate tiempo en solitario para recargarte.
Practica y prepárate para que el músculo del carisma esté fuerte y listo.
4) Intención
El carisma es un juego mental basado en la intención. Porque el magnetismo comienza con lo que proyectas visualmente, que depende enteramente de lo que sientes.
Piensa en un momento en el que sentiste mucha alegría, ¿qué proyectabas? Seguramente energía positiva, brillo en la mirada y una sensación de ser más grande de lo habitual.
Pero, ¿recuerdas un momento triste? Seguro que tu energía era baja, tu gesto te mostraba más pequeño que de costumbre y tu mirada se perdía en cualquier lugar.
Para proyectar una personalidad carismática auténtica, inicia siempre tus interacciones con tres trucos mentales: curiosidad, amistad y convicción.
La curiosidad te lleva a interesarte por las personas de manera genuina, mostrándote como alguien que escucha y presta atención. Esto te lleva a buscar el contacto visual, a acercarte y demostrar a la otra persona que su presencia es importante.
La amistad nos une a otras personas con las que sentimos afinidad. Con los amigos nos sentimos bien y somos abiertos. Si a las personas que acabas de conocer las tratas como si fueran tus amigos, la interacción fluirá y te lo pasarás bien. Sonreirás con mayor frecuencia y transmitirás buena voluntad, consiguiendo que se sientan a gusto.
La convicción, como la fe, es una fuerza inmensa. Estar convencido implica creer firmemente, lo que ayuda a que los demás crean. Hablando desde la convicción, tu lenguaje corporal es expansivo y tu postura erguida, mostrando un alto nivel de autoconfianza.
Al combinar estos tres trucos mentales, mostrarás una personalidad genuinamente carismática.
5) Foco
Una inquietud frecuente que escucho entre alumnos y clientes es la siguiente: “no sé qué decir”. Esto produce inseguridad y, muchas veces, nos impide abordar a personas desconocidas. Pensamos que, si abrimos la boca, diremos tonterías y quedaremos en ridículo.
Una de las razones por las que la curiosidad es útil es que, normalmente, a las personas nos gusta hablar sobre nosotros mismos…
Esto te beneficia. Porque si tú no sabes qué decir, para que ambos estéis contentos has de conseguir que la otra persona hable de sí. Y, al poner el foco de atención en la otra persona, te liberas de tener que hacer comentarios inteligentes.
Dos recursos te ayudarán: la pregunta y el reconocimiento.
Al hacerle preguntas, muestras interés, consigues que se sienta bien hablando de sí y a ti te da información útil para conectar.
Ten en cuenta que todo el mundo siente pasión por algo. Busca eso que le apasiona y verás cómo le brillarán los ojos al hablar de ello. Además, si descubres temas que os apasionen a los dos, se generará un nivel de conexión altísimo, porque pocas cosas unen tanto como las pasiones compartidas.
En el proceso, descubrirás cualidades y experiencias que te parecerán merecedoras de un cumplido. Díselo. Esto hará que se sienta todavía mejor en tu presencia, siempre que el cumplido sea sincero.
Así que pregunta, escucha y reconoce. Es todo lo que necesitas para conectar.
Comienza a desarrollar tu carisma ya mismo
Aprender a ser una persona carismática, siendo tímido o introvertido, no es una tarea fácil. Requerirá que hagas cosas que te resultarán incómodas y te enfrentarán al miedo al juicio negativo, asociado con el rechazo, el fracaso o el ridículo. Sobre todo al inicio.
Pero en la medida en la que te pongas a prueba y te permitas expandir tu zona de confort, te darás cuenta de que realmente puedes conseguirlo.
- Así que sal allí fuera y comienza a desarrollar nuevas habilidades que te hagan una persona más completa.
- Elige bien el contexto, para aumentar tus probabilidades de éxito.
- Practica frecuentemente, comenzando poco a poco y, antes de cada encuentro, calienta los motores.
- Inicia con la intención adecuada para fomentar interacciones que te llenen.
- Y finalmente, pon el foco de atención en la otra persona, para que conectes con ella sin tener que llevar el peso de la conversación.
Si haces esto, estarás a solo un paso de convertirte en una persona carismática y tu timidez e introversión quedarán en el olvido, y ya no tendrás que buscar en Google cómo desarrollar carisma para introvertidos y tímidos.
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Recuerda:
En igualdad de condiciones, quien comunica mejor, gana.
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